seeking solace

I've been to every single book I know
To soothe the thoughts that plague me so

Hacía unos veinte días que ni tocaba un libro. No tenía ganas, todo me generaba una apatía paralizante. Y así vengo hace unos veinte días gastando mis viajes en subte en tejer o en jugar minesweeper en el ipod.

Pero hoy pasé por Strand y me compré, siguiendo la recomendación de Vicky, Manhood for Amateurs, de Michael Chabon (voy a ir a verlo hablar este viernes y nunca había leído nada de él). Dos páginas bastaron para que me reconciliara con las ganas de leer. La edición es preciosa, y tiene frases así:

"Art, like fandom, asserts the possibility of fellowshipp in a world built entirely from the materials of solitude".

o

"Many times over, I have lived entire days whose only leitmotifs were the vomitus and excrement of my offspring and whose only plot was the removal and disposal thereof."

Es raro lo de recomendar libros. Ya me pasó varias veces de recomendar encarecidamente algo y fallar. Me acuerdo de que le hablé maravillas de Atonement a un compañero de Champaign, hasta que lo convencí de leerlo. Lo leyó y lo odió. También le recomendé On Beauty a una chica y dijo que no le había cerrado mucho. Es una obviedad, no a todas las personas les gustan las mismas cosas. Pero creer conocer a alguien, recomendarle un libro que te hizo temblar de emoción, y que no le guste ni lo conmueva, siempre me resulta un poco shoqueante.

Me acuerdo de que en el mes más oscuro del año pasado, en verano, en esos días en los que salir de la cama a la mañana era una hazaña, me devoré American Pastoral. Me producía cierta sensación reconfortante leer historias tanto más trágicas que la propia. Por eso pienso que ahora, que el 2010 me está dando tantos golpes impensadamente dolorosos (cada vez que parece que no puede golpearme más, el muy hijo de puta me acierta un uppercut en el mentón), debería empezar alguna novela larguísima y lo más trágica posible. Acepto recomendaciones.