Monday, March 14, 2011

el fin de semana perfecto

El fin de semana perfecto empieza el viernes a la noche, cuando todavía dura el malestar, la garganta inflamada, el dolor insoportable en la espalda.
El fin de semana perfecto empieza el viernes a la noche, con un calor infernal, y la decisión de mudar el colchón al living, cerrar todas las puertas y las ventanas y prender el aire al máximo.
El fin de semana perfecto sigue el sábado a la mañana, que arranca con una discusión tonta por un malentendido tonto sobre un tema nada-tonto. Sigue con la única salida del fin de semana, que es breve: el circuito feria - frutería/verdulería - supermercado chino - quesería - ferretería. En el fin de semana perfecto se vuelve a casa con las compras justo cuando empiezan a caer las primeras gotas de lluvia. Las ventanas siguen cerradas y el ruido del aire acondicionado no nos deja escuchar la lluvia, pero se ve el cielo negro y las gotas estallando contra los vidrios.
El fin de semana perfecto incluye la decisión de quedarse acampando en el living porque nos encanta.
Incluye varios capítulos de Six Feet Under, intercalados con algunos capítulos de cosas más light, como 30 Rock o Bored to Death.
Incluye el amasado, el horneado y la rápida desaparición de una trenza de challah. Incluye el amasado y horneado de un pan para-la-semana. Incluye una fuente de berenjenas a la napolitana.
En algún momento del fin de semana perfecto se toma la decisión de apagar el aire, luego se toma la decisión de estirar sobre la cama las sábanas que estaban hechas un bollo en algún rincón, y más tarde se toma la decisión de sacar el quilt liviano del placard. En varias instancias se toma la decisión de ponerse algo de ropa, pero no nos dura demasiado. El fin de semana perfecto incluye tantos orgasmos que perdés la cuenta.
El fin de semana perfecto incluye ratos de leer en la cama, ratos de quedarnos dormidos, ratos de escuchar música, ratos de tejer. Incluye un montón de proyectos abanadonados (ordenar el placard, avanzar en una traducción, visitar a los padres). Incluye un rato del domingo en el que el sol radiante entra por el balcón, rebota en la puerta vidriada de la galería y nos pega en la cara y nos hace más lindos.
El fin de semana perfecto hace que el lunes siguiente en la oficina sea insufrible.
El fin de semana perfecto empieza en verano y termina en otoño.

3 comments:

uruguaya March 14, 2011 at 7:13 PM  

Placer leerte, mer.

nosotros, antes de hijos, acampábamos mucho en el living. ahora acampan los niños. ciclos, no?

Anonymous March 14, 2011 at 8:26 PM  

Me alegra tu fin de semana perfecto,yo tambien quiero un fin de semana así de perfecto.
Me gusta mucho tu blog,el actual y el anterior,saludos,Lucila.

Blue March 16, 2011 at 11:58 AM  

Perfection it is.

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