hipsters weren't so bad after all

Esta oficina parece un aeropuerto. Todo es inmenso, todo es *beige* (en mi oficina anterior las paredes eran rojas y estaban cubiertas de fotos), todo está limpísimo y ordenadísimo y el aire acondicionado es salvaje. Tengo una fila de libros tapando la salida de aire frío más cercana a mi escritorio, y así se vuelve un lugar habitable. Creo que voy a traer una planta, o algo, porque este beige me está matando más que el frío.
Lo otro que es muy impresionante es la gente. Salvo los latinos que trabajan en mi departamento, los demás son gringuísimos. Es difícil de explicar. Los de mi otro trabajo también eran gringos, pero eran gringos más de Nueva York. No necesariamente nativos de Nueva York (la gran mayoría no es de acá), pero por algo están acá, tienen más onda, son más interesantes, o algo. Eran más jóvenes también. En cambio los que trabajan acá, no sé por qué, parecen todos de Minnesota, u Ohio, o lugares así. Son más altos, más blancos, más gordos, se compran la ropa en JCPenny (los que ganan menos) y en Macy's/Sacks (los que ganan más), son amables y sonríen mucho, pero no sé, debe ser que el trabajo en el ambiente corporativo los transforma en seres uniformes sin personalidad. Si entrás a esta oficina y te dicen que estás en Idaho, te lo creés.
Es muy probable que me esté yendo al carajo con esta comparación. Es muy probable que a mí me parezcan todos iguales porque todavía no los conozco. Al fin y al cabo, cuando entré al otro trabajo, todos me parecián medio iguales entre sí también (a big group of cool hipsters that live in Williamsburg, bike to work, and never ever go north of Chelsea in Manhattan). Tal vez en un mes empiece a distinguir a la masa de gente con la que comparto oficina ahora.
Me voy a almorzar. Un día le voy a sacar una foto a la "cafetería" para que vean este airport feel del que les estoy hablando.